Memorias de un esquizofrenico

Me levante a las 8:00 tenia que estar en 15 minutos en clase, me tocaba Educación física y sabia de sobra que mi profesora iba a llegar unos 5 ó 10 minutos tardes como siempre, me vestí, me tome mi batido de chocolate y tras asearme me fui a la calle asegurándome llevar mis bragas de cuello y mis guantes, para no pasar frío, anduve por mi calle hacia el instituto como hago diariamente, en 2 minutos estaba dentro, llegue puntual como siempre, con el momento justo, como me gusta llegar, detesto tener que esperar a que venga un profesor por eso siempre suelo llegar en el momento justo o tarde pero esto último ocurre pocas veces.

Comenzó mi día de instituto... el simple hecho de tener Educación física a primera hora ya me hacía morirme de asco, no soy muy partidario hacer deporte y muchísimo menos a las 8:20 de la mañana.

por lo demás un día bastante normal y monótono, no ocurrió nada inusual ni alucinante la verdad, llegué a casa muuuy cansado del día y con ganas de comer, hablar por teléfono y seguidamente ponerme a estudiar algo de música, hoy no tengo mucho que hacer así que podía permitirme el lujo de pasar la tarde estudiando música y tratando de componer algo, pero no fue así, ocurrió algo que cambió mi rutina completamente, ocurrió algo que me reactivo las fuerzas de cero a cien en menos de una milésima de segundo, en el mueble donde siempre dejo las llaves al entrar en casa veo 2 cartas, normalmente siempre que hay cartas son para mi padre pero esta vez no... vi una en la que ponía Alejandro Rodríguez Barba escrita en verde... en mi mente apareció un nombre: Lucía...

Sin dudar ni un segundo subí hacia mi cuarto con una sonrisa enorme, solté mi mochila y abrí la carta.
Ella me dijo que si alguna vez me mandaba una carta me la mandaría perfumada así que sin vacilar la acerque poco a poco a mi nariz y me concentre para diferenciar su olor del olor del papel... esa sensación la sensación de oler su perfume... fue como si toda esa distancia que nos separa se acabase durante unos escasos cinco segundos, los cinco segundos que mantuve la carta pegada a mi cara, después seguí leyendo, esta carta, me ha hecho sonreír, me ha hecho reír y me ha hecho sentirme de una manera positivamente indescriptible...

Al final de la carta, pusiste "Te adjunto a esta carta un anillo mío que quiero que tengas, y un dibujo." antes de buscar nada, cogí el dibujo y lo miré, me encanto, un ángel sujetando una bola de cristal, y la mirada perdida, con un colgante que es un caballito de mar. escanearía el dibujo pero no me funciona el escáner así que nada, en definitiva, un dibujo precioso... hecho de ti... hecho por ti y para mi, poco después de ver el dibujo y fijarme en la mayoría de detalles, busqué el anillo y llámame torpe, pero me costo encontrarlo, aunque al final lo encontré, lo mire fijamente y trate de probármelo en el dedo meñique, si no entra en este no entra en ninguno y... ¡Me queda bien! fue un Fuck yeah por mi parte por que pensé que no podría ponérmelo, y ahora sé que nunca podré quitármelo, no por que no pueda, si no por que no quiero, por que fue un anillo que tu tuviste y ahora tengo yo, un anillo que significa muchas cosas, un detalle que nunca olvidaré.

~Memorias de un esquizofrénico~